Desde hace algunos años, los fármacos para los bebés están formulados en formas de gotas o de jarabe para facilitar su administración; sin embargo, en ocasiones es necesario recurrir a los comprimidos.
Como padres puede ser todo un desafío conseguir que los pequeños se tomen estas medicinas. Para hacerlo de forma fácil te sugerimos:
– No obligues al pequeño a tragar las pastillas con agua, mejor pártelas en pedazos más pequeños.
– Las cápsulas no se pueden moler, tu pequeño tendrá que pasarlas enteras. Sin embargo, aquellas que contienen fermentados lácticos se pueden abrir y mezclar con el agua o zumo.
– Acuesta a tu pequeño de lado y espera a que se relaje para aplicarle los supositorios. No utilices la fuerza para lograrlo.
– Coloca un poco de vaselina alrededor del ano para introducir fácilmente los supositorios.